martes, 28 de septiembre de 2010

ENCERRADOS EN LAS ARMAS NO EN LOS LIBROS

El conflicto armado ha venido azotando a Colombia desde los años 1963 empezando con guerras civiles; dichas guerras surgen de problemas como lo son la falta de oportunidades, la pobreza, la falta de educación, él decaimiento de los valores sociales, el desempleo entre otros; tales problemas conllevan al ingreso de civiles a los grupos insurgentes entre ellos los menores de edad. Otra causa radica en la  monopolización del campo por terratenientes y el desplazamiento de campesinos hacia los centros urbanos, que en ocasiones generaba resistencia. El llamado abuso, heredado de los colonizadores españoles a las élites criollas que luego se tomaron el poder político y económico del estado, para dar paso así al terrorismo de estado.
Tales causas tienen sus efectos y consecuencias tal como el conflicto generado en las universidades  que siempre se han visto involucradas de manera directa o indirecta en los conflictos armados y en las guerras. En el siglo XX han desempeñado un papel a veces determinante en la producción de conocimientos y de tecnologías que, la postre, han definido el destino mismo no sólo de las guerras sino de la humanidad En nuestra historia particular, la universidad siempre ha estado involucrada en la esfera de lo político, o lo que es lo mismo, en la esfera del Estado. Estuvo presente en las gestas libertadoras y en la configuración o esa fue al menos su pretensiónde un Estado republicano y democrático. Una sociedad, o mejor, unas elites que no logran contestar con éxito estas preguntas, hacen que la sociedad no logre definir sus grandes metas estratégicas de largo plazo, metas que no han logrado construirse en ningún país de Occidente  y ahora también de Oriente al margen de la institución universitaria, y en general de la educación. Está claro que en Colombia, el Estado ha hecho todos los esfuerzos, sobre todo en los últimos 30 años, para irse desentendiendo poco a poco, de manera gradual, del desarrollo de la institución universitaria, y ha dado paso a un perverso concepto de universidad privada, cuyos resultados están hoy a la vista : un deterioro o debilitamiento de la institución universitaria, desde el punto de vista cualitativo; pues está claro que desde el punto de vista cuantitativo, tenemos un verdadero big-bang universitario. Pero la investigación, la producción de conocimientos nuevos, la compresión de lo que somos, y hacia dónde vamos o debemos dirigirnos ha sido en realidad muy escasa, dándose entonces el país el lujo de desperdiciar o regalar lo mejor del talento y la imaginación nacional. A pesar de ello somos un país de una enorme riqueza cultural y con unas potencialidades humanas que toda la comunidad internacional reconoce; que sumadas a las condiciones objetivas naturales, hacen de nosotros los colombianos un país destinado a mejor suerte que la que hemos padecido ya en estos casi 200 años de vida postcolonial española. En el estatus político actual de Colombia, atravesado por un conflicto armado de varias décadas, que amenaza con convertirse en guerra civil generalizada si fracasan las actuales tentativas de negociación, según la percepción de muchos analistas civiles y militares y de miembros de la cúpula de las Farc, la universidad no puede mostrar sino una insuficiencia en la producción de conocimiento social acerca de la naturaleza de nuestros conflictos y violencias, y sobre todo en la imaginación de escenarios para la superación de los mismos, y la definición de funciones y papeles que le puedan corresponder en una situación de post conflicto. Si bien la bibliografía propia sobre el tema tiene un crecimiento constante y aun acelerado, es insuficiente. Ello tiene muchas más explicaciones externas que internas. Es sabido que durante años fueron desestimados los estudios sociales en el país, y algunas universidades llegaron hasta a suprimir programas por considerarlos peligrosos, como los de Sociología o Trabajo Social, y el cuerpo docente sufrió verdaderas persecuciones y estigmatizaciones. Hay que reconocer, sin embargo, que aún en las condiciones más adversas, el país ha producido investigaciones notables, y en las que muchos profesores extranjeros han hecho importantes aportes.
Actualmente en Colombia el gobierno del país se ha dedicado mas a combatir los grupos armados ilegales que los problemas que han generado tales conflictos, la educación por ejemplo se ve en decaimiento, según el ministerio de educación, 997.219 niños entre cinco y 16 años están fuera del sistema educativo del país.
Se hablan de campañas para que los niños y jóvenes estudien pero se han encerrados mas por acabar los terroristas invirtiendo grandes cantidades de dinero, en armamentos y en todo lo que se refiere al combate que en colegios y en universidades.